El impacto sobre nuestro sistema de salud de la pandemia por SARS-CoV-2 condicionado por las altas tasas de contagio, hospitalización y mortalidad, sumado al hito histórico de la obtención en tiempo récord de vacunas para este agente infeccioso, ha vuelto a poner de manifiesto que la vacunación es una de las estrategias de salud pública que más contribuye a prevenir enfermedades infecciosas, disminuir las tasas de mortalidad y prolongar la esperanza de vida en la población.
En las personas mayores la vacunación adquiere mayor importancia ya que al presentar un sistema inmunológico envejecido se ve disminuida su capacidad de respuesta ante los procesos infecciosos condicionando más riesgo para desarrollar complicaciones graves tras las infecciones.
De ahí, el interés y la importancia de formar a los profesionales sanitarios implicados en la atención a las personas de edad.
Con esta medida podremos contribuir a mejorar la calidad asistencial y la calidad de vida de nuestros mayores.