Las características del envejecimiento en Europa y España incluyen un marcado aumento de la proporción de personas mayores, debido a la combinación de alta esperanza de vida y baja natalidad, lo que genera un incremento sostenido de la razón de dependencia y plantea retos para los sistemas de salud, y cuidados de larga duración. (1, 2). En Europa, el envejecimiento es un fenómeno generalizado, aunque existen diferencias entre los países (3). En España, con una de las esperanzas de vida más altas del mundo, se observa, no obstante, una reducción de los años vividos libres de enfermedad a partir de los 65 años, con expansión de la morbilidad, así como una variabilidad regional significativa (4). El envejecimiento español se caracteriza por la feminización (mayoría de mujeres en las edades avanzadas), mayor prevalencia de enfermedades crónicas, multimorbilidad y dependencia funcional, avance del deterioro cognitivo, así como un aumento en la demanda de cuidados formales e informales. (5)
Este incremento progresivo de la población mayor condiciona cambios en la prevalencia de algunas enfermedades haciéndose más frecuentes, siendo una de ellas la demencia. La frecuencia de esta, como síndrome geriátrico, en Europa se sitúa aproximadamente en 7.1% en adultos mayores (6, 7, 8). En España, los datos más recientes, muestran prevalencias ajustadas por edad y sexo entre 5.1% y 7.5% en mayores de 65-75 años, con variaciones geográficas y una mayor afectación de las mujeres. El subtipo más frecuente es la enfermedad de Alzheimer con alrededor del 75-80% de los casos. La incidencia de demencia aumenta exponencialmente con la edad, alcanzando tasas de hasta 23 casos por 1000 personas-año en mayores de 85 años. (9).
Una característica importante en el manejo de la demencia en un enfoque multidisciplinar. Estas personas precisan una atención médica especializada basada y apoyada en el conocimiento de la geriatría (10) y de otras áres de conocimiento sanitarias. Además la demencia es una de las principales causas de discapacidad y dependencia, siendo la responsable del 11,9% de los años vividos con discapacidad por una enfermedad crónica. Esto genera un importante impacto sobre la persona que padece la enfermedad y también sobre sus cuidadores. Añadiendo al reto sanitario otro no menos importante para la sostenibilidad de los sistemas de atención social.
El manejo de la demencia se debe abordar desde múltiples aspectos: farmacológicos, no farmacológicos y de apoyo a las personas cuidadoras. Aunque en España, aproximadamente el 70% de los pacientes reciben tratamiento farmacológico tras el diagnóstico, sus efectos sobre el progreso de la enfermedad son moderados (11). Las intervenciones no farmacológicas (estimulación cognitiva, ejercicio físico, dieta mediterránea, apoyo psicosocial) se recomiendan para mantener la función y calidad de vida. La planificación de cuidados a largo plazo, la participación familiar y la coordinación con servicios sociales son esenciales. No obstante hay diferencias importantes en la estructura y acceso a servicios específicos de demencia entre los países europeos, y persisten áreas con importantes lagunas asistenciales. (12, 13,14,15).
La carencia de médicos especialistas en geriatría y psicogeriatría, hace que gran parte de la atención de las personas con afectaciones cognitivas sea llevada a cabo por médicos que no están especialmente formados en aspectos de salud mental en el anciano. Esta situación pone de manifiesto la necesidad de desarrollar un plan de formación en salud mental geriátrica en diferentes aspectos (16, 17, 18).
De la misma manera, diversos estudios han puesto en evidencia carencias en formación sobre aspectos concretos de diagnósticos, de manejo farmacológico, no farmacológico, en el manejo de recursos y aspectos jurídico/legales. Todo esto indica la necesidad de mejorar la formación en demencias desde sus fases iniciales hasta las finales en todos los aspectos relevantes para el cuidado de estas personas y sus cuidadores (19, 20, 21).
Debido a estas circunstancias, uno de los intereses del Grupo de Demencias de la SEGG ha sido la formación en demencias en general y a los geriatras jóvenes o en formación en particular. Desde hace años el Grupo de Demencias de la SEGG se vienen realizando diferentes reuniones, grupos de discusión y actividades formativas dirigidas a residentes en geriatría, muchas de ellas presenciales y financiadas a través de la industria farmacéutica. Diferentes circunstancias, el progresivo desarrollo de las nuevas tecnologías y el cambio de políticas de financiación de las empresas farmacéuticas, nos ha llevado a replantearnos las actividades formativas presenciales y adaptarla a los tiempos y circunstancias actuales . en las diferentes reuniones y foros de discusión del Grupo de demencias, y en colaboración con el Grupo de Jóvenes Geriatras hemos diseñado un curso de formación on line. Pretendemos dar continuidad y actualizar esta formación que creemos necesaria para el adecuado desarrollo profesional de las nuevas generaciones de geriatras en España.